Le petit jardin (variación)

Hay gente que camina siempre mirando hacia arriba, otros miran hacia adelante, muy lejos, fingiendo mucha seguridad y otros siempre miran para abajo, fingiendo inseguridad, yo soy de estas últimas desde mi tierna infancia, seguramente hay varias explicaciones para ese comportamiento, prefiero en esta ocasión evitar que me psicoanalicéis y deciros que con toda probabilidad es porque en el lugar donde me crié las partes de arriba no atraían en absoluto a mis ojos infantiles, otro gallo habría cantado si me hubiese criado, qué sé yo, en la Gran Manzana, donde todo se vive muy pa'rriba, literal y capitalmente hablando, el suelo pierde importancia cuando moles de acero y vidrio te dan la sombra en todo momento.
Sabéis que las piedras, hormigas, gusanitos, colillas y, en fin, todo tipo de criaturas que habitan los suelos de nuestras ciudades son muy atractivos para otras pequeñas criaturas, dícese perros, que dicho sea de paso tienen diseñada su cabeza para mirar hacia abajo, nunca serán prepotentes, o niños, que, aunque su cabeza esté diseñada para ir mirando un poco más arriba que los perros, de momento no creen tener más importancia que su próximo y suelen pasar las horas examinando el asfalto a fondo y recogiendo muestras sobre el terreno.

Algunos ya conocéis mi afición exploradora del suelo común, creo que hay días que el suelo te da más alegrías que lo que hay por arriba y sobre todo es una gran fuente de inspiración. También tengo que deciros que los míos siempre me han apoyado en mis vocaciones.
Este verano el suelo de Marsella me ha regalado dos pequeños jardines, hace unos días os mostré el primero y este es el segundo, forman parte de la colección de hallazgos vegetales urbanos que comencé hace dos años y que tiene varios ejemplares de gran importancia. Para conseguir un ejemplar como el de la fotografía han de darse unas condiciones especiales, primero, de humedad; después, que en el lugar en el que estén enclavadas haya una tendencia al robo de tapas de alcantarilla, y, por último, la escasez de exterminadores de "malas hierbas" muy frecuentes en ciudades muy civilizadas, lo cual yo, por supuesto, agradezco enormemente.

Comentarios

  1. Siempre me acuerdo de Avello, hablando de lo importante que es caminar mirando hacia arriba. Y yo soy de las tuyas, de las que andan casi siempre con la mirada fija en el suelo...
    Me gusta mucho leerte y me gustaría que algún día pudieras contarme estas cosas en persona...
    Un beso muy fuerte Eva

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  2. ¡ Que bonito Eva !
    Mirar las cosas que te rodean, no ir tapadas como los caballos y sólo mirar hacia adelante, a veces dejas atrás pequeñas obras de arte como esta y es una pena.
    Un besín.

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  3. Cada día miro más al suelo. Y mira que el suelo está lejos...

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